Me dejaste...

Provocaste que el Sol se posara de nuevo en mi piel, con esa sonrisa que desvanece cualquier pensamiento del pasado y que invita a vivir el presente, el momento, el hoy pero sin pensar en el futuro por muy cercano que este fuera.
Me dejaste besar tus labios sin tocarlos, como se acaricia a un colibrí con la mirada mientras bebe de su néctar, ese suave líquido de caricias que tú también necesitabas. Aún embelesado por tu risa pude ver un dejo de abandono en tu mirada, sin embargo en tu ojos aún se reflejaba aquella tarde fuera del colegio donde se cruzó mi sonrisa con tu lágrima de niña.
Me dejaste acariciar tu corazón con melodías que parecían entonadas para ti desde las cuerdas de mi guitarra, toca pero no entres me decían tus latidos acelerados y al unísono se formaban para alzar una muralla que tuviera tu alma a salvo de cualquier sueño con rastro extraño por muy puro que este fuera.
Me dejaste habitar tu pensamiento aquellas noches de insomnio provocado, conectadas nuestras mentes que entrampaban nuestro sueño para encontrarnos con cualquier excusa y que  al minuto era lo que menos importaba. Me dejaste susurrarte al oído cualquier fantasía que corriera por mi mente pero no nos dejaste se los protagonistas de ese cuento.
Me dejaste cruzar por tu cielo pero no pude deshacer las nubes que lo llenan con misterios varios, pude alumbrar el camino donde siempre nos juntamos pero jamás nos acompañamos. Me dejaste hipnotizarte cuando mi piel erizo la tuya pero no pude calmarla, salían de tus labios sonrisas y de tu mente conciencia, aunque tus ojos reían tenían un dejo de tristeza por no consumar tus labios en los míos, aún así fueron caricias que alcanzaron la luna que pronta estaba como testigo del cielo rojo que formamos aquella noche en la que no salieron estrellas.
Me dejaste motivar tu sonrisa que rogaba volverse beso, me dejaste extraer sentimiento de las letras y que he querido plasmar en una hoja en blanco aunque no pude nunca escribir en tu piel ni tus dedos lo hicieron en mi espalda. 
Me dejaste pintar una sonrisa una fría tarde de primavera donde las flores las veías grises y el Sol no calentaba tus ojos, desde entonces brindo por tu sonrisa cada que me viene en gana y cuando no lo hago es porque me la quedo en el alma para que me alegre las tardes como la mejor fotografía que se ha quedado en mi mente.
Y es que nos encontramos en un punto de la vida donde tú necesitabas y yo añoraba entregar el alma y así sin soltar otra mano, me has seguido sonriendo y con eso tengo bastante.

Gracias @Sentio_ por por compartir el viaje.

1 comentario:

  1. wooooooooooooooooow hoy ha sido un deleite para mi leerte amigo... felicidad y luz en tu vida!

    ResponderEliminar