Todo ya está aquí


El cielo está a punto de llorar, y yo no sé que decirle. Ha empezado a caer una lágrima, justo en mi alegría. Siento mi alma empapada, mi espíritu enmudecido. Todo en mí ahora, es la sal marina, el agua del mar. Acaban de caer unas gotas en mi sonrisa. Es un recuerdo de un sublime amor incondicional.
Una vida vivida desde la compasión, y a veces incluso desde el desdén y el desorden, desde los errores y los aciertos.
Las risas, la paz, la gratitud, nuestras experiencias, nuestras separaciones imprevistas, nuestras tristezas, nuestros impedimentos, encuentros y desencuentros.
Y lo que se siente, aquí, ahora, yo no sé definirlo. Sentada en mi terraza, viendo sobrevolar un pájaro. El ladrido del perro del vecino. Las risas de los chiquillos. Las nubes pasando dibujando figurillas en el cielo. El teclado del portátil, la pantalla iluminada, los versos que se escriben.
Todo eso es tu visita, tu amor incondicional, disfrazado, de sonidos, colores, tonalidades y formas.
Todo eso, es la apariencia de ese amor que no muere.
Ya está aquí, en el susurro del viento, en la taza del café. Ese amor ahora, latiendo, bombardeándome, sin cesar. Inmisericorde cuando duele, y sin embargo total e indefinible.
Escucho el eco de mi voz diciéndome: Todo está bien. Todo está en su lugar. Aunque parezca en este sueño ser: un tú allí, y yo aquí.
Todo ya está aquí.
Este es el único hogar, donde pueden aparecer todas las cosas. Donde pueden aparecer todas las cosas y lo hace ahora. E incluso en la salud y en la enfermedad. En los lugares rotos del corazón.
Cuando hay veces que todo parece estallar en mil pedazos. Cuando todo parece haberse perdido. Cuando no te queda más nada que perder.
Y en esa paradoja extraña es que: Nada se había perdido.
No existe ningún secreto, no hay más vuelta de hoja, no más preguntas.
La puerta está abierta y yo entro en esa mirada.
Todo ya está aquí.
Y es por esto que en esta infinitud palpable, estamos juntos, sin divisiones, sin espacio y sin tiempo. Y sin definiciones. Aunque es indefinible y las palabras no lo alcanzan, te diré: Mi querido amigo,
Ya estas aquí, en mi alma.

Gracias Maite por estar aquí @la_bio

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