Valió la pena el sueño

Siempre me han gustado los retos,  me enamoré sin pensar en los restos.
Me atreví sin permiso a soñarte, para hacerte parte de ese arte.
Te inventé tan perfecto, que en la medida de la sonrisa iba el efecto.
Te envolví en mi historia y a escondidas, te hice parte de mi euforia.
Cuando me tragué mi cuento, me encontré viviéndolo muy lento.
Mi sueño empezaba a despertar, mi respiración se quería cortar.
Me buscaste y me llenaste, me tocaste y me encontraste.
Me dejé llevar sin pensar en perder, cuando sólo importaba arder.
Pero arder era quemarse, y para quemarse también hay que amarse.
Sonreía mejor en mis sueños, en la realidad no éramos nuestros dueños.
El principio de la historia fue como lo pensé, pero luego me cansé.
Donde no hay amor, todo sueño se viene abajo por el temor.
A tiempo me paré, guardé los sueños y aunque lloré, me reparé.
Con él aprendí a flotar, pero del suelo no me quise soltar.
Fue un sueño hecho realidad, de esos que despiertan a media ciudad.
Pero en los sueños también hay color, y en el calor también hay dolor.
Decidí cerrar ese libro, pero reconozco que cuando lo leo, aún vibro.

Por @mascabada
Gracias Gaby Zendejas por venir a soñar junto a mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario