El tiempo no borra las penas, por el contrario las empuja cada vez más hondo. No hay nada que no me recuerde a ti, la necesidad se hace más intensa a cada segundo.
Haber creído que el reloj se ocuparía de dejar todo en el ayer, fue muy ingenuo de mi parte, tanto como el pensar que quedaba algo en un rincón de tu corazón que te haga volver.
Siempre pense en el momento en que te podría encontrar y lo que te diria o haría, pero derrumbaste todo, como siempre, con esa indiferencia que lastima hasta el alma.
A pesar de intentar mantener la calma, no puedo luchar contra mis sentimientos y menos aún frente a ti, fue muy extraño el besar tu mejilla, cuando lo único que pensaba en ese instante era en abrazarte con todas mis fuerzas y gritar cuanto Te Amo.
Pero el destino es así de cruel, si hasta parece que disfruta escuchar el sonido que producen los pedazos de mi corazón a medida que van cayendo y golpeando contra el suelo.
Está muy claro que aunque te necesite más que nada en la vida, yo a ti no te hago falta... y eso duele.
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