Hoy hice un viaje a la ilusión, esos que me piden como boleto algo de algo de melancolia y soledad. Pero fue un viaje en vano, como muchos ultimamente, como los que emprendo cada noche en mis sueños.
Tú sabias que yo estaba ahí, pero no llegaste, tal vez es tu forma de hablarme, esa que no utiliza palabras, sino gestos, gestos que se hacen cada vez más elocuentes en mi mundo.
Se claramente que las posibilidades no estaban a mi favor, pero mi corazón es muy duro, como tú sabes, y mis esperanzas lo son más aún.
Son esas mismas ilusiones las que cada día miran al cielo en busca de tus ojos, tan sólo para sentir que aún se posan sobre mi alma y la dejan en paz.
Tú, tal vez tambien lo mires, si lo haces quiero que sepas que mi sonrisa se fue ahí, a esperar que tú la busques y así recuerdes que es tuya.
Y si de noche ves una estrella fugaz, es tan sólo una lágrima que brota de mis ojos, por la pena que me causa esta distancia que no se quiere ir.
Ya te dejo, vuelvo a la realidad, esa que aprieta y sacude los sentimientos, esa que asfixia los pensamientos, y contra la cual lucho en cada latido con tan sólo un manojo de esperanzas.
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